Permítaseme, en primer lugar, rendir homenaje a la memoria de todas las víctimas y reconocer el sufrimiento de las familias que perdieron a sus seres queridos.
Además, otras decenas de millones de personas han perdido sus medios de vida, sus hogares y sus familias debido al uso indiscriminado y generalizado de estas armas”.
Es cierto que describir las muertes de unos niños y las lesiones de muchos otros como tragedia no refleja todo el sufrimiento de sus familias y seres queridos.
Nuestros corazones están junto a los infortunados estadounidenses y ciudadanos de otros países que perdieron todo, incluso a sus seres queridos, en la devastación causada por el huracán Katrina.
Tampoco parece que se realizara ningún intento poco después de la expulsión de obtener un poder para actuar de éste o de otro familiar, por ejemplo de la esposa del autor en Suecia.