Los gemelos no reaparecieron hasta el amanecer del día siguiente, turbios de la borrachera, llevando otra vez la ortofónica y llevando además a Bayardo San Román para seguir la parranda en la casa.
El tocadisco dispone de una aguja que se pasea por los surcos, estando conectada a una membrana y haciendo vibrar esa membrana y volviendo a generar así los mismos sonidos que se captaron inicialmente.
Mientras ella hacía la cocina, el conde escuchaba en el gramófono fragmentos de óperas italianas en versiones históricas, tomando a sorbos lentos una copita de oporto que le duraba hasta el final de los discos.