Quisiera aprovechar esta oportunidad para encomiar al Consejo Nacional de Organizaciones Juveniles Suizas por haber lanzado una iniciativa valiente en ese sentido.
Como presidente, mi padre siempre se enfrentará a peleas dignas, no tendrá miedo de poner objetivos enaltecidos y será implacable en su determinación de lograrlos.
Algunos temerarios durmieron con la cara expuesta a la luna; la fiebre los ardió; en el agua depravada de las cisternas otros bebieron la locura y la muerte.
Por último, algo muy característico es que, al no buscar esa belleza idealizada, los pintores no tienen miedo de mostrar alegría, sufrimiento, esfuerzo, tristeza o incluso fealdad.
Al honrado malacara, sin embargo, se le ocurrió de pronto que las vacas, atrevidas y astutas, impenitentes invasoras de chacras y del Código Rural, tampoco pasaban la tranquera.
En la otra esquina se hallaba la ya citada mesa triangular adornada con un grueso acerico de terciopelo rojo, lo suficientemente fuerte como para doblar la punta del más arriesgado alfiler.
En tiempos de ruido, prisas y artificio, Magnum afina la mirada con su fotoperiodismo audaz y veraz, dando independencia a sus fotógrafos y prestando a la historia la huella de los hechos.
Florentino Ariza, en cambio, se enfrentó a las insidias de la vejez con una temeridad encarnizada, aun a sabiendas de que tenía la extraña suerte de parecer viejo desde muy niño.