Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda.
Le he puesto una pizca de pimentón dulce, cebollino picado y ahora me voy a freír un huevo con un par de guindillas para que pique y se las voy a poner por encima picadas.
Reventó con la punta del cuchillo los cuatro huevos fritos, y los rebañó en el plato con patacones de plátano verde que se metía enteros en la boca y masticaba con un deleite salvaje.