Gracias a una estructura más racionalizada, la secretaría podrá ser más flexible al atender las necesidades del proceso intergubernamental, en constante evolución.
Y además en español, como en otros idiomas, tenemos el principio de economía del lenguaje, es decir, que tendemos a acortar las palabras o a unir varias palabras para decir mucho en poco tiempo, para ahorrar tiempo.