Quizá me atrevería a asegurar que Virginia tiene gran interés en que le deje usted el cofrecito que encierra esas joyas, en recuerdo de las locuras y el infortunio del antepasado.
Pasará a la Historia, seguro que será una de esas imágenes que todos recordaremos pasados los años, guardaremos en nuestra memoria como un verdadero ejemplo de esfuerzo, de sacrificio y de superación.
Me acordé del jefe de armas del destructor, el que me dijo que era una indignidad de un marino dar muerte a una gaviota, y sentí remordimiento por la pequeña gaviota que maté inútilmente.
Entonces empezó a acordarse de muchos momentos y lo que sentía como cuando casualmente su mano acariciaba la de ella en el teatro y un helado escalofrío le subía desde los dedos hasta la nuca.