Allí los dejaron atados con algunas provisiones y les prometieron que si se estaban quietos, los liberaríamos en uno o dos días;pero si intentaban escapar, les ajusticiaríamos sin misericordia.
De modo que llega a ser una necesidad sagrada su ejecución, que, además, colmará de gloria al juez que tiene tanto coraje y perspicacia de ajusticiar a un compinche de Satanás.