Cuando nosotros no nos dejamos llevar por la corriente, no estamos apáticos, sino que somos capaces de levantar la voz por aquello que consideramos justo, entonces estamos demostrando coraje.
La gente apática, la gente que es apática, que tiene apatía, lo contrario al coraje, se convencen a sí mismos de que no pueden hacer, no pueden generar ningún cambio en el mundo, entonces ¿para qué hacer algo?
Luego a lo mejor vamos a tener presiones externas, como estábamos diciendo, que a lo mejor estamos luchando contra las convenciones sociales y tenemos que hablar, aún así tenemos que tomar la decisión adecuada que es hablar, no ser apáticos.