En cuanto entraron los dos caballeros, Bingley miró a Elizabeth expresivamente y le estrechó la mano con tal ardor que la joven comprendió que ya lo sabía todo.
Entonces lo revivió con un ardor y una sabiduría que él no habría imaginado en los placeres desmirriados de sus amores solitarios, y lo despojó sin gloria de su virginidad.
Ahora me pregunto si la comida picante causa ardor, malestar esto macal y en caso de extremos, problemas respiratorios y cerebrales, por qué nos gusta tanto.
Si las tropas enemigas se enfrentan a ti con ardor, pero demoran el momento de entrar en combate sin abandonar no obstante el terreno, has de observarlos cuidadosamente.
Al principio no me pareció gran cosa, pero después de la segunda mordida se me hizo difícil respirar, empezaron a brotar lágrimas de mis ojos y la sensación de ardor en mi boca era insoportable.