Algunas aberturas en la muralla les permitían a los arqueros disparar contra los invasores, y desde otras se lanzaban piedras, pero la nueva muralla no era suficiente.
Las batallas medievales, con sus caballerías montadas y sus arqueros suplementarios, habían sido transformadas durante el Renacimiento debido al empleo de una infantería armada con picos y alabardas, y dispuesta en rectángulos concentrados cono cidos como escuadrones o batallones.