La hipótesis científica más reciente, del arqueólogo bielorruso András Patay-Horváth, plantea que los juegos olímpicos evolucionaron a partir de antiguas ceremonias de cacería.
Era una ciudad o centro ceremonial de los mayas y alberga al templo de Kukulcán, uno de los lugares más increíbles para los arqueólogos por su valor arquitectónico.
Las técnicas exactas utilizadas por los constructores para construir estas paredes no se comprenden completamente, pero los arqueólogos e historiadores han propuesto varios métodos posibles.
Me importa que el antropólogo y arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma haya dedicado su vida a reconstruir y documentar con gran rigor científico cómo fue la de los pobladores del México prehispánico.
A lo largo de los siglos, exploradores, arqueólogos y teólogos han seguido cada pista, cada leyenda, con la esperanza de descubrir este objeto perdido de inmenso valor histórico y religioso.