Después se serenaron y observaron en silencio cómo sus bocanadas de humo se arremolinaban y subían hasta el techo, donde eran aspiradas por un extractor.
Aparentemente fueron ellos los primeros en utilizarla con la diferencia que hace 2.300 años sonaba como una jota aspirada, un poco cómo suena la h en inglés.
La particularidad es que en España pronunciamos este sonido con más fuerza, J, a diferencia de otros territorios donde se habla español, donde lo pronuncian de una forma más aspirada, J.
Se convirtió en la residencia de la alta nobleza y de los príncipes de sangre (los príncipes reales), aquellas fifi guras poderosas que habían aspirado a conservar el papel de los ministros reales como creadores de la política.