Afortunadamente, con la ayuda de la comunidad internacional, esos títeres congoleños y los bandidos ugandeses no estarán con nosotros por mucho tiempo.
Aunque algunos afirmaron que eran bandidos de todas las tribus, otros admitieron que el Gobierno pedía ayuda a determinadas tribus y movilizaba a sus miembros.
Además, deben planificarse medidas conjuntas entre el Gobierno, el Ejército de Liberación del Sudán y la Unión Africana, a fin de poner fin al bandidaje y a los bandidos.
En Darfur, el término Janjaweed se utilizaba en el pasado para describir a los bandidos que acosaban a las poblaciones rurales y que, entre otras cosas, robaban ganado y asaltaban a los viajeros.
Sin duda, es innoble ceder a la tentación comercial de popularizar a los bandidos sanguinarios que mancillan la memoria de los muertos y causan todavía más dolor y sufrimiento a sus seres queridos.
En los párrafos 17 y 18 se hace referencia a los miembros de diferentes grupos armados, guardias de prisiones, bandidos armados y personas desconocidas que han perpetrado numerosas violaciones del derecho a la vida.
Por otra parte, la amenaza de anarquía total que se vislumbra, sobre todo en Darfur occidental, se hace cada vez más real a medida que los caudillos, los bandidos y los grupos de milicias se tornan más agresivos.
De sol a sol, veía del otro lado del estrecho un punto blanco sobre la costa. Es un pueblito de Cerdeña, Longosardo, donde se refugian los bandidos corsos perseguidos por la justicia.
De pronto salieron dos bandidos de la maleza, apresaron a la madre y al hijo y se los llevaron a lo más tenebroso y profundo de la selva, a un lugar donde raramente se aventuraba nadie.
No es Kikí, es Rex —dije yo—. Y los dos vamos a atrapar bandidos como en la película del jueves pasado, y vamos a enseñarle a gastar bromas al señor Blédurt.
Me da lo mismo lo que piensen. ¡Yo les mostraré lo que es volar! No seré más que un puro Bandido, si eso es lo que quieren. Pero haré que se arrepientan...
Entonces, el muy bandido se volvió hacia nosotros para ver si nos había hecho gracia y como vio que estábamos satisfechos, se echó a reír estrepitosamente y nos dijo: -Así nosotros matamos oso en mi país.
El capitán dijo que eran unos bandidos y que no teníamos ninguna obligación hacia ellos, por lo que, si los llevábamos, sería encadenados, como a malhechores, para entregarlos a la justicia en la primera colonia inglesa que tocáramos.