Es hora de que todos los Estados Miembros acepten que el cambio climático y el calentamiento global son una realidad y que son causados por la actividad humana.
Estos escarabajos también pueden ayudar a combatir el calentamiento global, pues reducen la emisión de gases de efecto invernadero asociada a la agricultura.
En junio de 1997, se firmó en Japón el Protocolo de Kioto, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global.
En la actualidad los científicos no saben si el calentamiento global provoca más huracanes o no pero si tienen claro que aumenta mucho su intensidad y su poder de destrucción.
Las probabilidades de que el calentamiento global superara esa marca eran casi nulas en 2015, pero desde entonces no han dejado de aumentar y alcanzan ese 50%.
Los líderes mundiales ya se habían puesto de acuerdo para limitar el calentamiento global a dos grados centígrados por encima de los niveles preindustriales para el año 2100.
Para la ciencia, el calentamiento global es, sin lugar a dudas, unánimemente, el mayor problema al que se ha enfrentado la humanidad a lo largo de su historia.
Se pronostica que el calentamiento global tendrá impactos significativos que afectarán a la agricultura, la temperatura, el dióxido de carbono, los deshielos, la precipitación y la interacción entre estos elementos.
Esto es muy preocupante porque uno de los gases que emiten las vacas es el metano, un importante gas de efecto invernadero que contribuye en gran medida al calentamiento global.
Y en la COP29 de Bakú, el tiempo apremia para lograr un acuerdo sobre financiación contra el calentamiento global tras una reunión del G20 en la que no hubo grandes avances.
Sí, esos son los líderes de los países más vulnerables, por supuesto; los países que ya están sufriendo las consecuencias del calentamiento global. Pero éstos están desamparados sin la ayuda y el apoyo de los países desarrollados.