Bueno, van a aparecerse, ¿no? —dijo la señora Weasley, cargando con la olla hasta la mesa y comenzando a servir las gachas de avena en los cuencos con un cazo—, así que pueden dormir un poco más.
En lo que yo pienso entretenerme es en jugar al triunfo envidado las pascuas, y a los bolos los domingos y fiestas; que esas cazas ni cazos no dicen con mi condición, ni hacen con mi conciencia.
Para ello he puesto un poco de agua en un cazo a fuego medio, y como podéis ver ya ha empezado a hervir, así que ahora le vamos a poner encima el recipiente con las yemas y el azúcar.