En su exposición razonada, presuntamente el empresario Aldama, corrompió a Ávalos, y consiguió sus favores, a cambio de poder vivir gratis en un chalé en Málaga.
Había iniciado las negociaciones de la venta del chalé en Kymlinge con el señor Lundgren del banco sin antes iniciar las negociaciones democráticas en el ámbito doméstico.