Considerada en el contexto de un acuerdo vertical, esta disposición ilegalizaría las transacciones normales de mercado entre un comprador y un vendedor.
El vendedor vendió microprocesadores para ordenadores al comprador, que pagó el precio y revendió los productos en su embalaje original sin examinarlos.
Debido a un error de construcción, el refrigerador sólo se pudo hacer funcionar provisionalmente y más adelante tuvo que ser completamente reconstruido por el comprador.
Una de ellas fue que la titularidad fuera traspasada al comprador, que estaría entonces en condiciones de otorgar una garantía sobre las mercancías a un tercero.
Y la entrega tiene que hacerse hoy a la fuerza porque los compradores están esperando las armas y se juegan la vida si tienen que entrar a por ellas a Tetuán.
Hubo mucho interés inicial por adquirirla, tanto por el morbo como por el prestigio creciente de la barriada, pero ninguno de los potenciales compradores hizo una oferta tras visitar la casa.