Bernarda le hizo bajar la cabeza al alcance de ella para examinarle la dentadura, y la perturbó el hálito de amoníaco de sus axilas. Los dientes estaban completos, sanos y bien alineados.
Es que la alimentación o la vida sana pueden llevar a prevenir enfermedades cardiovasculares, pero no explican por qué los ancianos de Vilcabamba conservaban bien la dentadura o la vista.
De modo que todo el mundo se fue a la carpa, y mediante el pago de un centavo vieron un Melquíades juvenil, repuesto, desarrugado, con una dentadura nueva y radiante.