El único puerto es Jamestown, que tiene un buen fondeadero, aunque seria necesario construir un malecón para permitir que los pasajeros de los grandes cruceros desembarcaran en cualquier circunstancia climatológica.
Si bien se puede salir al mar en canoa desde muchos puntos, Bounty Bay y el embarcadero de Tedside son los dos únicos lugares de la isla donde se puede desembarcar con relativa seguridad.
Y cuando llegaron al puerto, estando todos armados para emprender la conquista, vieron en las riberas tal cantidad de moros que dudaron de poder desembarcar.
En 1655 una expedición británica con 38 barcos desembarcó en la isla con 8000 soldados lo cual tomó por sorpresa a una Jamaica débilmente protegida por los españoles.
Francia, Reino Unido y España formaron una alianza y, para presionar a México, enviaron una expedición armada que desembarcó en el puerto de Veracruz en enero de 1862.
Le había mandado el nombre del barco y la hora de llegada, y le indicó además que podía reconocerla por el hábito de San Francisco que se pondría para desembarcar.
Los dioses le habían concedido la inmortalidad a Adnapishti luego de un gran diluvio durante el cual había construido un arca, cargado animales y desembarcado en una montaña.
Tropas estadounidenses de repuesto no paran de desembarcar e incluso Italia se prepara para enviar un contingente a Francia, Alemania y las Potencias Centrales sobre el papel habían perdido la guerra.
Cuando desembarcó con la ahijada en San Juan de la Ciénaga, apeló a las grandes reservas de su carácter y reconoció la ciudad contra todas las advertencias.
El primer europeo en llegar a esta isla caribeña fue Cristóbal Colón cuando desembarcó en su segundo viaje a las Américas en 1494 e inmediatamente reclamó la isla para la Corona de Castilla.
En los primeros días de agosto desembarcó en Veracruz Don Juan de O’Donojú, ya no como virrey, cargo que había desaparecido, sino como capitán general y jefe superior político de la nueva España.