Su voz era siempre cordial, pero él la conocía ya bastante, para advertir ese ligerísimo cambio en la entonación, en la vocalización, que velaba una advertencia.
La segunda causa para la formación de dialectos es el contacto con otras lenguas: cuando dos grupos conviven, es inevitable que intercambien vocabulario, expresiones y hasta entonaciones.
Es probable que esta entonación ahora tan reconocible surgiera a principios del siglo XX en las clases populares y se fuera expandiendo a las clases sociales más altas.