Junto a una gran argolla de hierro empotrada en el muro, con la cual estaba encadenado, se veía un largo esqueleto, extendido cuan largo era sobre las losas.
Y básicamente consistía en que yo podía ir quitando y ordenando los huesos de un esqueleto y me daba los nombres, me podía decir para qué servían y cosas importantes.
Muchos pescadores estaban en torno al bote mirando a lo que traía amarrado al costado, y uno estaba metido en el agua, con los pantalones remangados, midiendo el esqueleto con un tramo de sedal.
Las pisadas que llegaban hasta el umbral de la puerta trazaban un rastro en el polvo en torno a una cama desnuda hasta el somier, apenas ya un esqueleto de alambre y madera carcomida.
Dejé caer el jaique al suelo y puse los brazos en cruz para que aquel desconocido comenzara a trastear por mis rincones, desatando nudos, destensando vendas y liberando mi esqueleto de su siniestra cobertura.
Además, algunas características blandas dejan trazas distintivas en los huesos, las cuales, ayudándonos de los animales de hoy con características similares, se pueden buscar en los esqueletos de los extintos.
La manipulación genética para variar el tamaño del cuerpo, su forma o la capacidad reproductora del animal, puede aumentar el riesgo de enfermedades, problemas con el esqueleto, etc., además de crear auténticos monstruos.
De hecho, los peces de aguas super profundas usualmente tienen esqueletos mínimos y carne gelatinosa, porque la única forma de combatir la presión extrema del agua profunda, es tener agua como soporte estructural.