Otros platos que merecen la pena probar son las sopas de ajo locales, las Mantecadas (que son un dulce) y el Cocido Maragato (un guiso de carne con verduras y garbanzos).
Trató de enseñarla a ser blanca de ley, de restaurar para ella sus sueños fallidos de noble criollo, de quitarle el gusto del escabeche de iguana y el guiso de armadillo.
Los platos tradicionales que ganan el título de “madrileño” son principalmente guisos con carne caliente como el famoso “cocido madrileño”, que es un guiso de carne, verduras y garbanzos.
Mientras desayunaba con un guiso de hígado cubierto de anillos de cebolla, su esposa le'contó muy excitada que Bayardo San Román había devuelto a Ángela Vicario, pero él no lo tomó con igual dramatismo.
Cuánto la echaba de menos, cuánto habría dado por poder compartir todo con ella en aquella ciudad extraña y luminosa, por haber montado juntas el taller, haber vuelto a comer sus guisos, a escuchar sus sentencias siempre certeras.
Esta es una tradición que recuerda la forma en que las tropas españolas solían comer sus guisos en tiempos de guerra, comer primero lo mejor por si acaso se les llamara y no tuvieran tiempo de terminar la comida.