Y quienes viven allí durante mucho tiempo pueden sufrir de problemas como cefalea, insomnio, fatiga, pérdida de apetito, dolores musculares y articulares.
Puede hacerte sentir mejor y estar más alerta, pero también puede aumentar el ritmo cardíaco y la presión arterial y la micción o diarrea y contribuir al insomnio y la ansiedad.