Los países en desarrollo se han convertido no sólo en importantes destinatarios de la inversión extranjera directa, sino también en notables inversionistas internacionales.
En algunos países en desarrollo, especialmente los países menos adelantados, la percepción de un alto grado de riesgo desestimula a los inversionistas extranjeros.
Las que permanezcan tendrán solidez suficiente para financiar al sector real de la economía y para conceder crédito a bajo costo a auténticos inversionistas.
Una reputación de integridad -solidez, honradez, respeto de normas y códigos- es uno de los bienes más valorados por los inversionistas y las instituciones financieras.
En las economías en que los delitos económicos y financieros se aceptan socialmente como hecho habitual, la confianza de los inversionistas legítimos se ve gravemente disminuida.
Tales programas facilitan la continuidad de las inversiones y respaldan las actividades de los inversionistas en los países en desarrollo y los países con economía en transición.
Es de esperar que al entablarse prontamente un diálogo entre emisores e inversionistas se agilice la rehabilitación de los deudores y se restablezca el acceso al mercado.
En esos países, los esfuerzos por atraer inversiones extranjeras directas se ven obstaculizados la mayoría de las veces debido a la ausencia notoria de inversionistas nacionales dinámicos.
Las obligaciones soberanas, como por ejemplo, los bonos son frecuentes en los mercados de capitales y demuestran que la demanda y la confianza de los inversionistas son grandes.
Las pequeñas y medianas empresas (PYME), tradicionalmente consideradas como el motor del crecimiento económico en los países en desarrollo, tienen dificultades para atraer inversionistas y acceder a la tecnología.
En la esfera legislativa, en los últimos tiempos se han promulgado leyes fundamentales para asegurar la existencia de un entorno favorable para el sector privado y los inversionistas externos.
En los últimos tres años inversionistas privados han invertido más de 3.000 millones de euros en producir energía a partir del viento, el agua, el sol y la biomasa.
Una rebelión de trabajadores hizo que los inversionistas se fueran con todas las ganancias de explotar la tierra y dejaran al pueblo nuevamente en la miseria.
El comunicado indica que se harán más esfuerzos para animar a los inversionistas privados a explorar oportunidades en sectores amigables con el medio ambiente.
Al tiempo que los lazos entre África y China se hacen más cercanos, se espera que en los próximos años cada vez más inversionistas exploren los mercados africanos.