12.Así que quedó flotando en un limbo de indecisión, y apenas sostenido por la esperanza de que el encierro terminara con las tribulaciones de la hija.
15.El guardia habitual de la Calle del Limbo, un hombre inmenso, rudo y bondadoso, sacó del bolsillo un porrón de whisky, y se lo ofreció a Murray diciendo: -Es costumbre, usted sabe.
16.Los otros cuatro guardaban humilde silencio en sus celdas, sin duda sintiendo el ostracismo social en la sociedad de la calle del Limbo de una forma más aguda que cuando recordaban sus ofensas a la ley.