Vistos desde el mirador oscuro, el río liso y callado, y los pastizales de ambas orillas bajo la luna llena, se convirtieron en una llanura fosforescente.
El coronel guardó silencio hasta cuando su esposa hizo una pausa para preguntarle si estaba despierto. él respondió que sí. La mujer continuó en un tono liso, fluyente, implacable.
Xizi volvió a colocar el microscopio contra la superficie de la gota y la pantalla volvió a mostrar un espejo liso, no muy diferente al resto de la superficie sin ampliar.