Cumpliendo su voluntad, la enterraron junto a la tumba de su padre, lord Byron, en la iglesia de Santa María Magdalena de Hucknall, en Nottinghamshire.
Cereales, tortitas, tostadas, gofres, croissants, napolitanas de chocolate, pizza fría, galletas, magdalenas… se nos hace la boca agua solo de pensarlo.
Yo las vi pasar desde el balcón de Magdalena Oliver, y recuerdo haber pensado que un desconsuelo como ése sólo podía fingirse para ocultar otras vergüenzas mayores.
No debemos extrañarnos de que en el ámbito hispanohablante haya tantas personas llamadas Juan, José, Pablo, Pedro, María, Ana, Magdalena, Clara, etc., pues todos son nombres de santos y de santas.
Sus dominios se extienden por el este hasta el río Magdalena, el problema está en la frontera oeste, donde otros grupos de capuchinos se disputan un tramo de selva, cada vez más pequeño.
¿Por qué cuando abrimos un paquete de galletas al cabo de unos días se van reblandececiendo y, al contrario, si es un paquete de magdalenas el que está abierto se ponen duras?
Las galletas y las magdalenas tienen casi los mismos ingredientes pero las crujientes galletas pasan por un horno a gran temperatura que produce una desecación de la misma, obteniendo un alimento con poca humedad.
En la actualidad había un hidroavión Junkers que iba de pueblo en pueblo por la cuenca de La Magdalena, como un saltamontes de aluminio, con dos tripulantes, seis pasajeros y las sacas del correo.