Mi país, Guinea-Bissau, está a punto de concluir el proceso hacia la normalidad constitucional con la reciente celebración de elecciones presidenciales.
Claramente, se requieren más esfuerzos decididos para hacer frente a la pérdida de medios de vida y para devolver rápidamente la situación a la normalidad.
Es evidente que esta es una oportunidad singular para que el Gobierno Federal de Transición restaure la normalidad, la legitimidad y la paz duradera en Somalia.
La UNOGBIS refuerza las medidas de todos los interesados nacionales por restablecer plenamente la normalidad constitucional, en particular mediante la celebración de elecciones presidenciales libres y transparentes.
La elección de un número de excombatientes como miembros del distrito electoral es una manifestación positiva de que la paz y la normalidad ya son una realidad.
Las operaciones de mantenimiento de la paz deben crear los espacios y las condiciones para que se desarrollen los procesos políticos que lleven a la normalidad del país.
Esa amenaza constante afecta a todas las personas que viven y trabajan en la zona y dificulta la vuelta a la normalidad de los habitantes de ambos países.
La celebración de las elecciones presidenciales siguiendo el calendario estipulado en la Carta de Transición Política representará un hito fundamental para el pleno restablecimiento de la normalidad constitucional.
Los dirigentes iraquíes tienen el derecho y, evidentemente, el deber de mantener el orden público en todo su territorio, lograr la estabilidad política deseada y restablecer la normalidad en el Iraq.
Hay que prever asimismo la asistencia financiera y técnica necesaria para que las estructuras que emanen de las elecciones puedan funcionar con normalidad y responder a las expectativas de la población.