En total, asistieron a los talleres 35 funcionarios públicos, muchos de los cuales desarrollaron su labor sin toparse nunca con la Convención propiamente dicha.
La oradora ahora se ha convencido de que los hombres deben familiarizarse con el documento propiamente dicho y ha dispuesto su traducción a los idiomas locales.
Para ello es indispensable que el Grupo de Trabajo deje de ser “oficioso” y sea convertido en un órgano subsidiario propiamente tal del Consejo de Seguridad.
Las delegaciones que participan en ella actúan como un núcleo para otras actividades relacionadas con el desarme, pero en la Conferencia propiamente dicha no sucede mucho.
En cambio, según las proyecciones, la producción mundial de la pesca propiamente dicha ha de estancarse94 y la demanda tenderá a ser superior a la oferta potencial94.
Incumbe a las partes probar quién firmó un documento determinado, pero una vez probado esto, no necesitan probar nada especial en cuanto al método de firma propiamente dicho.
En este contexto, trata de desentrañar todas las posibles relaciones entre los delitos instrumentales y los actos terroristas propiamente dichos, especialmente mediante la centralización de la información penal.
Se alienta a las autoridades estadísticas a que cooperen con organismos gubernamentales en la promoción de mecanismos eficientes de captación de datos con fines tanto administrativos como propiamente estadísticos.
Todos los criterios de evaluación se combinarían en una fórmula matemática, que reordenaría los niveles de puntuación de los concursantes al presentarse cada oferta durante la subasta propiamente dicha.
No está claro si la suspensión del tratado se basó en un cambio de circunstancias que dio lugar a la imposibilidad de aplicarlo o en el conflicto armado propiamente dicho.
La obra de fábrica más relevante de toda la región, conocido propiamente como Los Arcos, consiste en un puente doble, con dos arcos en la parte inferior y seis la superior.
Pues esto es un colapso, es decir, es una obstinación en hacer algo, que es obviamente absurdo, pero por razones, a veces, religiosas, políticas o propiamente por cabezonería, seguimos haciendo.