La milicia chií se compromete a retirarse al norte del río, mientras que los soldados israelíes tendrán que replegarse a 30 kilómetros al sur, más allá de la Línea Azul, la frontera oficiosa.
El líder de los paramilitares denuncia que sus hombres están condenados a morir por falta de munición, y amenaza con replegarse el 10 de mayo, si el gobierno de Moscú no les envía armamento.