Conforme a la lógica, los intentos por restarle importancia al desarme nuclear podrían parecer contraproducentes para el avance de la no proliferación.
La explotación de causas nobles para obtener una falsa victoria sólo puede desacreditar a la Organización y restar méritos a los proyectos de resolución.
Cuanto acabo de señalar no debe interpretarse como algo negativo o que reste importancia al trascendental papel que la Conferencia de Desarme puede y debe desempeñar.
La falta de coordinación a la hora de ejercer presión política para que las partes celebraran conversaciones serias y sostenidas restó eficacia a las iniciativas de mediación.
Entonces, la Presidenta-Relatora indicó que podrían abordarse en general otras cuestiones relativas a la administración de justicia en el tiempo que le restaba al Grupo de Trabajo.
Esto no sólo restará celeridad a los juicios, sino que además el costo financiero que lleva consigo la contratación y capacitación de nuevo personal podría ser considerable.
En el momento en que restamos importancia a esas diferencias por no ser importantes o condenamos levemente a quienes están en desacuerdo con nosotros, los problemas comienzan.
Cuando el resultado del cálculo sea una fuente neta de emisiones de gases de efecto invernadero, dicho valor se deberá restar de la cantidad atribuida a esa Parte.
Los bienes de producción y la infraestructura resultan a menudo destruidos, restando capacidad a las economías para absorber a las personas que se incorporan al mercado de trabajo.
Su aliento brotaba en breves y resollantes espasmos; un pliegue de tejido adiposo digno de un senador le restaba un corte elegante al cuello levantado de su abrigo.
Si te despiertas en la noche, no veas el reloj y piensa que en cualquier momento te vas a volver a dormir, también puedes restarle a trescientos de tres en tres.
Por otro lado, si tenemos una buena relación con la persona con la que nos tenemos que disculpar, lo que podemos hacer es restar importancia a nuestro error.
Pues en la primavera del año pasado muchos ganaderos llegaron a la conclusión de que no podían más, las empresas lácteas restaban comprando el libro de todavía no ha llegado la radio ni los problemas que tenemos ahora.