Es difícil imaginar que estos actos de brutalidad y salvajismo, sin parangón en la historia, hayan sido cometidos por seres humanos a fines del siglo XX, ante los ojos de la humanidad.
El salvajismo y la brutalidad de la segunda guerra mundial tuvieron una magnitud verdaderamente épica, y demostraron a todo el mundo la inutilidad y el horror de la lucha de naciones contra naciones, de hermanos contra hermanos.
Además, en la mayoría de los casos, sean cuales fueren los abusos cometidos por el personal de las Naciones Unidas de mantenimiento de la paz, no se pueden comparar al salvajismo con el que se tratan las partes en conflicto.