Durante los últimos años hemos invertido demasiado tiempo debatiendo sutilezas y matices semánticos de normas ya aceptadas por el conjunto de la comunidad internacional.
El revisor se volvió a las tres damas y se encogió de hombros, dándoles a entender que había hecho cuanto podía y que no estaba dispuesto a liarse a bofetadas por una cuestión de pudor semántico.