Esto quiere decir que se vuelven grandes observadoras, imitan y copian las conductas de otras personas, usurpan la personalidad de otra persona y disimulan sus dificultades.
Finalmente, señor don Álvaro Tarfe, yo soy don Quijote de la Mancha, el mismo que dice la fama, y no ese desventurado que ha querido usurpar mi nombre y honrarse con mis pensamientos.
De pódimo, disculpa que haya usurpado a Juanjo la recomendación semanal, pero es que la afonía de reírse y jalear y el dolor de manos de aplaudir la semana pasada en el live de La Vida y Tal le duran hasta hoy.