Los padres de Nena Daconte habían llegado el sábado a mediodía, y velaron el cadáver en la capilla del hospital esperando hasta última hora encontrar a Billy Sánchez.
El día en que murió Juvenal Urbino tuvieron que desocupar la mitad del estudio y amontonar las cosas en los dormitorios para tener un espacio donde velarlo.
Al viejo Neptuno le mantuvo la dignidad de cochero que le concedió el primer marqués, y lo encargó de velar por lo poco que quedaba de la caballeriza doméstica.
Realmente, no podría yo sufrir que el carácter de Hans se estropeara. Soy su mejor amigo, velaré siempre por él y tendré buen cuidado de no exponerle a ninguna tentación.
Allá abajo les ha llovido —aquella nube fugaz que veló el prado verde con sus hilos de oro y plata, en los que tembló, como en una lira de llanto, el arco iris.
Él le daría su propio lecho, y velaría afuera, junto a la ventana, hasta la aurora, para que los ganados salvajes no le hicieran daño ni los flacos lobos se acercaran demasiado a la cabaña.