Los lagartos también se encantaron con el Enanito, y cuando se cansó de correr y se echó a descansar sobre la hierba, jugaban y corrían sobre él y trataban de divertirlo lo mejor que podían.
Descansa un par de horas y luego coloca el sedal de modo que la mano derecha lo sostenga mientras esté apretado y si se afloja al dormir, la mano izquierda le despierte en cuanto corra el sedal.