La política cultural del Gobierno protege la coexistencia y la interacción natural entre las culturas y entre las comunidades étnicas con cultura belarusa.
La Carta de las Naciones Unidas garantiza la igualdad entre las naciones y proporciona una base por la que pueden convivir en relación de buena vecindad.
En nuestros días, ningún Estado puede pretender resolver por sí solo los retos y peligros comunes que amenazan la convivencia y el bienestar de nuestros pueblos.
No puede coexistir con un crecimiento democrático elevado, y por ello cabe felicitar al ONU-Hábitat por el programa de urbanización sostenible y el Observatorio Urbano Mundial.
Las numerosas ratificaciones confirmarán el conocimiento general acerca del papel que puede desempeñar el respeto por la diversidad cultural en la coexistencia pacífica entre los pueblos.
Toda la comunidad internacional ha hecho suya la visión de dos Estados, Israel y Palestina, que vivan el uno al lado del otro en condiciones de paz y seguridad.
Al contrario, si se concibe y se aplica bien, con el tiempo debería promover la convivencia en torno a la distribución eficiente de los recursos y capacidades locales.
Por su parte, la Unión Europea sigue empeñada en hallar una solución a la controversia árabe-israelí sobre la base del principio de dos Estados que convivan en paz y seguridad.
En los diálogos regionales vinculantes convocamos a todas las personas desarmadas para encontrar los caminos del territorio que permitan la convivencia.