En efecto, la falta de un informe analítico, en vez de uno cronológico, hace que aquellas cuestiones que afectan a toda la humanidad sean conocidas por menos de la décima parte de la membresía de las Naciones Unidas.
Envuelto en narrativas populares, creencias culturales y valores familiares, un sesgo de confirmación a menudo se transmite de generación en generación.
Todos los acontecimientos que se desatan a partir de este extraño fenómeno crean una creciente tensión narrativa que no cesa hasta el final del relato.