Muchos manglares también desarrollan raíces en forma de tubo que toman oxígeno a través del mismo mecanismo o lo producen directamente mediante la fotosíntesis.
Aquí es cuando entran en acción los carotenoides, que también ayudan a la fotosíntesis, pero en menor medida y absorbiendo menos luz, dándole un tono amarillo a las hojas.