Usó la linterna para buscar entre las tumbas, dejando de lado los imponentes monumentos y solo prestando atención a las inscripciones en losas más pequeñas.
Cumpliendo su voluntad, la enterraron junto a la tumba de su padre, lord Byron, en la iglesia de Santa María Magdalena de Hucknall, en Nottinghamshire.
Bajo la primera luz de la mañana el cementerio estaba más claro, y desde su posición elevada, los monolitos que le rodeaban le hacían sentirse como en Stonehenge.
Este monumento funerario, con sus detallados relieves, son un homenaje a los mártires sí, pero también un testimonio del talento y la devoción de los artistas medievales.