México, que aplica principios presupuestarios extremadamente rigurosos, sabe dar muestras de disciplina, eficacia y transparencia en la utilización de los fondos públicos.
La nueva ley contra la discriminación en México ordena, refuerza y sistematiza los compromisos adquiridos por nuestro país mediante dichos instrumentos.
La reforma mexicana también constituye un interesante ejemplo de cómo trabajar simultáneamente en los componentes ético, técnico y político de una reforma.