De pronto, el sol comenzó a descender y proyectó sobre la Tierra sombras cada vez más alargadas, que terminaron extendiéndose hasta más allá del horizonte.
Al principio parecía un cometa erizado de furia, pero a medida que la cola se alargaba, se iba transformando en un enorme dragón plateado de diez mil kilómetros de largo.
Una vez tengamos los cuatro trozos estirados, vamos a cortarlos por la mitad, los ponemos juntitos para que sea más fácil cortarlos y vamos a empezar a dividirlos en trozos más pequeños.