Pero Ana continuaba frente a la señora Rachel con la cabeza levantada, los ojos centelleantes, los puños apretados, despidiendo indignación por todos los poros.
Ponemos la mano en nuestra espalda o bien mantenemos el puño cerrado hasta desvelar al mismo tiempo que el rival nuestra elección después de decir Piedra Papel Tijera.
Los puños cerrados indican enfado o frustración, los brazos cruzados son un signo de actitud defensiva, y el movimiento inquieto de los dedos puede significar aburrimiento, impaciencia o pensamiento profundo.
Como es de suponer, la respuesta no se hizo esperar: el muñeco contestó en el acto con otro coscorrón, y desde este momento el combate se hizo general y encarnizado.