Para que una mujer casada pueda someterse a un tratamiento de inseminación artificial también se requiere el consentimiento por escrito del marido, que debe ser consecuente con el consentimiento de la mujer.
En virtud de la Ley sobre inseminación artificial y la protección del embrión, sólo las mujeres adultas menores de 50 años con capacidad jurídica activa pueden, a su pedido, someterse a un tratamiento de inseminación artificial.
Una vez allí, según la memoria de la Fiscalía, la víctima pidió que la inseminación se produjera de forma artificial, pero le dijeron que era muy caro y que debía mantener relaciones sexuales con el hombre.