En la calle que pasa por el centro de Lachin, los equipos 1 y 2 observaron varias docenas de árboles jóvenes plantados metódicamente y rodeados de vallas de metal a modo de protección.
Solemos imaginar los barrios residenciales como callejuelas arboladas con vallas de madera y perritos grandes y babosos, pero los barrios residenciales vienen en muchos sabores.
Y almorzó con buen apetito y hasta tuvo una entretenida digestión junto al pasamano, silencioso, con los ojos cerrados pero sin dormir, como para creer que soñaba despierto.
Una media de cinco criaturas mañosas escapan de zoológicos estadounidenses cada año, y los pícaros conejitos nos han demostrado que la valla anti-conejos australiana… no era muy anti-conejos.
Las zonas comunes de acceso eran elegantes y bien distribuidas; la escalera, sin se demasiado ancha, tenía una hermosa barandilla de forja que giraba con gracia al ascender los tramos.