Le quitaron el lodo con tapones de esparto, le desenredaron del cabello los abrojos submarinos y le rasparon la rémora con fierros de desescamar pescados.
Demóstenes refiere la purificación por el fango a que eran sometidos los iniciados en los misterios órficos; los proteicos, analógicamente, buscaron la purificación por el mal.
Extraer todo de la darcilla bajo el lado menos inclinado era algo que parecía muy evidente, pero que no se había abordado previamente porque entrañaba un gran riesgo.
Los ríos depositan muchos sedimentos arenosos en sus orillas, que, junto a la arcilla y al barro, habían creado un terreno muy inestable que no habían tenido en cuenta.
Apenas si su agua roja recoge aquí y allá, esta tarde, entre el fango violeta y amarillo, el sol poniente; y por su cauce casi sólo pueden ir barcas de juguete.
En el camarote sofocante, trastornada por la vibración de las paredes de hierro y por el tufo insoportable del cieno removido por la rueda del buque, Meme perdió la cuenta de los días.
¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora!
El príncipe buscó algo con lo que alimentarlo. En el cieno de las alcantarillas solía encontrarse de todo: desde cucharillas de plata a anillos de oro, pero comida no. La comida estaba en la ciudad de arriba.