En respuesta, miles de parisinos indignados unidos a soldados empáticos alentaron a asaltar la prisión de La Bastilla, un símbolo del poder real y un gran depósito de armas.
En este, Mariana luce toda una parafernalia regia manto, trono, corona y cetro regio en un retrato que es eminentemente conmemorativo de la elección de la condesa palatina del Rin como nueva reina de España.