Continuamos nuestro recorrido con la tradicional sangría, una refrescante combinación de vino tinto, fruta, azúcar o miel, y algún licor como ron o sidra.
Al acercarse la hora de la cena ya estaba embriagada y, después de otra botella de vino con la comida, se encontraba lo bastante ebria como para dormirse.
Preparamos el ponche y me emborraché y, en esa noche de borra chera, ahogué todo mi remordimiento, mis reflexiones sobre mi conducta pasada y mis resoluciones para el futuro.