Esta vez sabe que es en vano porque llegan en grupo y sólo puede ver las líneas que hacen sus aletas en el agua y su fosforescencia cada vez que arremeten contra el pez.
Pero hacia medianoche tuvo que pelear y esta vez sabía que la lucha era inútil. Los tiburones vinieron en manada y sólo podía ver las líneas que trazaban sus aletas en el agua y su fosforescencia al arrojarse contra el pez.