Esperamos sinceramente que pronto pueda garantizarse en ese país una paz, una seguridad y una estabilidad duraderas, allanando así el camino para que el pueblo iraquí sea el auténtico dueño de su propio futuro y de su propio destino.
Dorotea consoló a Sancho Panza diciéndole que cada y cuando que pareciese haber sido verdad que su amo hubiese descabezado al gigante, le prometía, en viéndose pacífica en su reino, de darle el mejor condado que en él hubiese.